domingo, 2 de noviembre de 2014

¿QUÉ COSTAL ME COMPRO?

Podría empezar con eso tan manido de: "En mi humilde opinión y desde el desconocimiento", pero no lo voy a hacer, porque a estas alturas de la Procesión cuando uno va de recogida, ni mi opinión es humilde y mucho menos desconocedor del tema, después de pegarme más de veinte primaveras debajo del paso de Jesús Preso.


Sí, habéis leído bien, ni Soberano, ni Gran, ni incluso Nuestro Padre, el título es así de simple y a la vez, ahora sí que lo digo, HUMILDE. Hay muchos que se empeñan en ponerle más cositas al nombre, pero no, es solo JESÚS PRESO, porque a sus pies nos gusta llamarlo de Tú a tú, porque cuando lo ayudamos a caminar nos gusta ser como Él y si no es así, vente al último ensayo cuando te quitas la ropa y le rezas a su altura, Él en el mismo suelo que pisamos nosotros en la Ermita de la Rosa. Las grandezas para los grandes y corazones humildes para los seguidores de Dios.


Al lío, que es de lo que vamos. Este año después de ocho años lejos de la trabajadera, por exigencias del guión, quiero volver a mi palo y para la ocasión quiero cambiar de costal, pero ¿Cuál compro? Uno ancho, uno largo o de que color. Cuando yo empece en esto estaba el blanco y el blanco y por supuesto, me compré el blanco, después me compré otro más grande, de ancho y de largo y la verdad que el cambio fue bueno y esa herramienta aún sigue conmigo, en blanco por supuesto, pero hace algo más de ocho años lo regalé y como que siento que no es mio. 

Pues ahora llegamos al señor tendero de costales, llámese internet o el costalero de turno que tiene un amigo en Sevilla que le apañan tela del Orinoco en exclusiva desde Brasil (made in china o en Benacazón) y te saca un repertorio tal como el de las cortinas con infinidad de colores, estampados e inclusos collages impregnados en aromas de incienso del mismísimo Postigo del Aceite o del Altozano. ¡Jo, que bonito! Me voy a permitir hacer uno usando el color morado de la pasión del Señor, con ese toque verde Esperanza que da el logotipo de la Junta de Andalucía con las sabanas del Reina Sofía, además, para que despierte de este sueño cofrade con el interior de yute de sacos de café de Juan Valdés y por si fuese poco, como siempre tienes que torear a algún hermano intransigente, pues que tenga un poquito de cola con un capote torero del propio Fran Rivera que para eso es hermano costalero de las Tres Caídas y seguro que cuando se me haga un agujero mi mujer lo remendará con tela de cuadritos de vichí de una cortina vieja de mi cocina. No se como quedará pero si me sale largo siempre lo puedo poner por debajo de los ojos y ponerme a vender cupones o si sale ancho me dejo dos patillas, tales como las de Morante de la Puebla y no se nota nada.

Las modas creo que son para la ropa de calle, para trabajar vamos a la eficacia y comodidad o podeis imaginar a un médico con un traje de neopreno operandoos de los ... O a un albañil con una chaqueta con botones cruzados ceñida de color oscuro de Versache (ojo que como se la manche al llegar a su casa le va a caer una que se le van a quitar las ganas de trajecitos). Pues bien, esto es lo mismo, lo importante es como lo hagas y quien te lo ponga. Con un costal demasiado pequeño se puede hacer un apaño si te lo pone la persona adecuada. Lo mismo si es ancho, corto, largo, estrecho, etc. Ahora bien, puedes tener el mejor costal del mundo, que como te lo ponga un tío que no tenga mucha idea puedes prepararte a sufrir. Entonces ¿Cual es mejor? El de arpillera, el de punto de cruz, el de sábana... El que sabe lo que es trabajar con costal sabe de sobra que lo mejor y lo mas importante aun es que el que te lo ponga, sepa que esta poniendo un costal y no una gorra de visera.

ESTE ES UN ARTÍCULO DE OPINIÓN QUE NO ATIENDE A EDADES Y COMO ES MODA, SOBRE GUSTOS NO HAY NADA ESCRITO. NI SE BASA EN NADIE, NI PRETENDE HACERLO Y MUCHO MENOS EN COSTALEROS QUE POR ENCIMA DE TODO LO ÚNICO QUE LE IMPORTA ES LLEVAR AL SEÑOR Y A SU SANTA MADRE MARÍA SANTÍSIMA.